"San EBITDA" y la venta de empresas
Hoy quiero trasladarles una realidad que estoy seguro que más de uno o una de mis lectores puede estar valorando, en particular si forman parte de la generación de los baby boomers y dependiendo de si su empresa familiar tiene o no descendencia. La venta de su empresa.
En el supuesto de que haya descendencia, se puede dar la situación de poder plantear la venta de la empresa, sería el caso de tener una muy buena opción económica pero, muy importante, negociando las posiciones directivas de los miembros de la familia que trabajan en la compañía para el futuro. Cuando hablamos de VENDER UNA EMPRESA existen muchas opciones. Diría que tantas como empresas, pues el marco global puede ser similar, pero la capacidad y preparación de los continuadores o del mismo accionista mayoritario (aconsejable durante el tiempo de transición) marcarán cada transacción.
Pactadas las condiciones de la familia, del sucesor y su nuevo puesto en el organigrama una vez haya finalizado la supuesta compra de su empresa, el paso que más que a continuación irá en paralelo a las negociaciones sobre el organigrama y los puestos directivos y estratégicos, será realizar una minuciosa DUE DILIGENCE. Un proceso indudablemente necesario, en todo proceso de compra-venta de empresas para conocer los riesgos, las oportunidades y la realidad que puede conllevar cerrar un precio ajustado, y unos condicionantes (covenants) que deberán cumplirse para efectuar el 100% del pago.
A lo largo de este año 2021 he asistido a negociaciones de compra-venta de empresas que afectaban a clientes míos de forma indirecta y directa (posible compra). En base a esta experiencia hoy quiero hacer una reflexión acerca de estas negociaciones. Amén de otras circunstancias particulares de cada empresa y de sus sectores de actividad, el denominador común de todas las operaciones era el múltiplo de EBITDA por el cual se valoraban las empresas.
Con los mercados tendiendo a unas grandes economías de escala para asegurar la supervivencia de las empresas, la compra también puede ser una forma de crecimiento exógeno. Otro modo de establecer economías de escala, y que no me canso de repetir, es establecer alianzas estratégicas, puntuales o permanentes, o fusiones empresariales que, reitero, no están solamente al alcance de las grandes. Es cuestión de estrategia corporativa.
Les hablaré de dos casos en los cuales he intervenido profesionalmente en los últimos seis meses:
CASO 1.- De un lado una compañía italiana. El motivo de la venta: 2 de los 4 socios, cercanos a su jubilación, lanzaron la venta por mayoría accionarial. No había descendencia y el sector era muy apetecible. Tenían sobre la mesa ofertas de tres fondos de inversión interesados. En este caso decidieron convertir sus acciones en su fondo de pensiones.
CASO 2.- Una empresa española. Aun siendo joven, el accionista mayoritario cuya empresa está igualmente en un sector al alza, decide vender porqué su pretensión es dedicarse a lo que le apetece: la familia, ir a la montaña y practicar el mountain bike.
El coste de la empresa italiana era más elevado en términos nominales, pero hete aquí la sorpresa, al ser un sector demandado, el múltiplo de EBITDA pasó a ser de 5 a 8 y los vendedores consiguieron que se aceptase aplicar el EBITDA previsto para el año en curso. La empresa está creciendo a un ritmo del 24%. Pasar de 5 a 8 el múltiplo EBITDA y que este sea el del 2021 cambia por completo la transacción. De 15 MM pasaron a 25 MM (como siempre hay que descontar deuda del precio que sale del múltiplo de EBITDA). Profesionales del sector consideran que la empresa tiene debilidades que no admitirían este precio, pero los fondos con gran liquidez en la actualidad, han de invertir el dinero que gestionan. Veremos cómo acaba la operación.
Dos casos con perfiles absolutamente diferentes pero con el mismo denominador común: la pandemia les fue beneficiosa y quieren aprovechar el viento de cola de sus mercados para vender.
Varias sociedades de capital riesgo españolas tuvieron el book de venta para la operación italiana y ninguna quiso optar a la compra. Es aquello que siempre digo del “síndrome del concesionario”: Nunca tengo el coche que quiere el cliente.
Recordemos que es el Ebitda. Es el acrónimo inglés de “earnings before interest, tax, depreciation and amortization”. El término se refiere así a los beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones de propiedades, plantas y equipos y amortizaciones de activos intangibles. Por lo tanto, el indicador ebitda representa el resultado de las actividades empresariales puras, excluyendo los costos y los ingresos por intereses, así como las depreciaciones y las amortizaciones.
Como conclusión, pues este tema por su extensión requiere de un análisis particularizado en cada situación empresarial, decirles que la opción de la venta de sus empresas total o parcial les puede ayudar a conseguir objetivos en el corto y medio plazo que por sí solos no podrían asumir. Ello también les puede ayudar a actualizar sus sistemas de gestión así como asegurar su pervivencia en el futuro.