Analizando a grandes pinceladas el panorama económico actual y el que nos llegará inevitablemente tras la época post pandemia, podríamos utilizar eufemismos para definir la situación de una empresa dentro de este mundo económico altamente cambiante y exigente ante la nueva realidad: Transformación, reinvención, estructuración… pero lo cierto es que los condicionantes actuales con vistas al 2022 preven tensiones inflacionistas que según los líderes económicos mundiales son coyunturales (EEUU está al 5,6% y Europa / España en el 3,6%) debido a:

• Incremento de precios de las materias primas.
• Incremento del precio de la energía (empresas y particulares)
• Desabastecimiento de los mercados por falta de materiales, chips y otros elementos cruciales para la fabricación. Afecta a todas las industrias.
• Control del comercio marítimo en manos de “4 empresas”. Ello ha supuesto multiplicar por 5 el precio de los contenedores (de 1.800 € a 10.000-12.000 €) si es que los hay disponibles, que tampoco.
• Incremento de los salarios.
• Inicio de amortización de los préstamos con aval ICO que supusieron una inyección de liquidez muy importante y que ahora habrá que empezar a amortizar.
• Decremento de la inyección de liquidez en los mercados por parte de los Bancos centrales a principios de año. La reserva federal inyecta 120.000 MM de $ mensuales y el Banco central Europeo 80.000 MM de € mensuales. Es lo que denominan como Tapering.
• La consecuencia de ello es un incremento de los tipos de interés, para empresas y particulares, que para España por ejemplo con una deuda del 120% sobre el PIB puede resultar muy dañina.
• El turismo no se recuperará al 100% hasta el 2023 según diversos informes de reconocido prestigio (KPMG, BBVA entre otros).
• El paro seguirá estancado en el 15% cuando los empresarios se quejan de que no encuentran mano de obra cualificada y no cualificada.
• Proceso de jubilación de los Baby Boomers que deberán promover la transición generacional o plantearse el futuro de sus empresas.

La enumeración anterior es o va a ser a corto plazo una realidad. ¿cuántas empresas van a poderse resistir a cambiar? ¿habrá que reestructurarse o moriremos empresariamente? Si, necesariamente deberemos revisar procesos, estrategias y controlar la gestión porqué tengan la certeza de que las recetas que funcionaban hace años probablemente ya no servirán.

Pregúntense si consideran que su empresa está preparada a todos los niveles para abordar el futuro con garantías de éxito. Pregúntese a continuación si tiene un nivel de endeudamiento “cómodo” para devolver sus créditos sin problemas.

Préguntese también si ahora es el momento para realizar una Due Diligence de su empresa, detectar el mapa de riesgos, preparar un plan de viabilidad hasta el 2025 y confeccionar un presupuesto para el 2022 de acuerdo con esta información.

Como saben, parte de mi profesión de Consultor es la de reestructurar empresas, si tuviese que resumir en una frase mi trabajo diría: mi función es evitar que las empresas cierren y las familias empresarias pierdan su patrimonio. Los reestructuradores ordenamos las empresas para asegurar la supervivencia tanto de la empresa como de la familia empresaria.

Me despido con esta inspiradora frase de Peter Drucker: “Donde hay una empresa de éxito, alguien tomó alguna vez una decisión valiente”. Feliz semana!