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LOS BANCOS ADELANTAN MAYORES DIFICULTADES PARA LA ACTIVIDAD ECONÓMICA

LOS BANCOS ADELANTAN MAYORES DIFICULTADES PARA LA ACTIVIDAD ECONÓMICA

Estimados todas/os:

  

Como venimos avanzando en varios  escritos, parece que la desaceleración está teniendo su repercusión directa en la concesión de crédito así como ralentización en las inversiones empresariales. No hay que llamar al mal tiempo, pero si hay que preparar “indumentaria” para el desapacible clima económico.

 

 

Como siempre, aquellas empresas cuya solvencia, por su bajo nivel de endeudamiento, tienen un mayor margen de maniobra y negociación, pueden afrontar este estadio con una  tranquilidad superior a aquellas cuyo ratio de endeudamiento esté mucho más ajustado.

 

 

Las recetas son variadas y recurrentes, como Organos de Gobierno, Internacionalización, Control de Gestión y Presupuestario; amén de la retención o ampliación del talento en el seno de las empresas.

 

 

Los bancos adelantan mayores dificultades para la actividad económica

El mal momento de los resultados bancarios y las tendencias en el mismo sentido para el futuro cercano se han confirmado a través de las respuestas que las propias entidades financieras han dado en la encuesta trimestral de préstamos bancarios elaborada por el Banco de España y el Banco Central Europeo. Puede parecer una cierta contradicción, pero mientras que, en general, los criterios de concesión de créditos se han endurecido, las condiciones en las que se han dado se han relajado, y todo ello en un entorno en el que la demanda de crédito sigue descendiendo en todos los niveles.
La desaceleración de la actividad económica, que lleva aparejada una menor actividad empresarial y una menor propensión al consumo, al menos, el financiado, viene pesando tanto en el ánimo de los potenciales tomadores de préstamos como de quienes los dan. Decían hace unos días expertos del Banco de España que la evolución de los créditos suele ser un indicador adelantado de cómo va a ir la economía en general en los siguientes meses. Si esto es así, los datos de la última encuesta de préstamos bancarios, elaborada sobre la base de las contestaciones de las propias entidades financieras, muestra un panorama complejo.
La encuesta, en la que participan 10 entidades bancarias nacionales que suponen el 84% del total del sector y que pretende ser representativa del conjunto del mismo, muestra dificultades tanto en el lado de la oferta como de la demanda.
Empezando por esta última, resulta que entre octubre y diciembre del año pasado quienes están llamados a pedir créditos lo han hecho en menor medida que en periodos anteriores, cuando ya pasaba lo mismo. Ni las empresas ni los particulares tienen en estos momentos especiales deseos de endeudarse.
Las empresas, de cualquier tamaño, porque han reducido sus planes de inversión en capital fijo, pero también han demandado menores cantidades para financiar su circulante y sus existencias. El problema es que esto ocurre por sexto trimestre consecutivo, es decir, desde hace más de año y medio. La razón, según los bancos, es que hay menos inversión productiva y, además, que las compañías están utilizando otras vías de financiación.
Por el lado de la oferta, los bancos han endurecido los criterios a la hora de conceder créditos por los temores a un crecimiento del riesgo, es decir, a un aumento de la morosidad, y por un mayor coste del capital.
Pero frente a este endurecimiento, las condiciones de los préstamos se han mantenido gracias a un equilibrio entre reducir los márgenes, por la competencia, y aumentar los plazos y las cuantías, al tiempo que se ha incrementado el diferencial para los créditos más arriesgados y se han elevado otros costes.
Mayor caída desde 2013
En la financiación a los hogares ocurre algo similar. En la financiación hipotecaria la demanda ha caído de forma significativa, siendo el trimestre de mayor bajada desde 2013, cuando la crisis económica estaba en su apogeo. Ello se ha debido a una menor confianza de los consumidores en la economía en general y en la atonía que parece empezar a instalarse en el sector inmobiliario.
Por el lado de la oferta también se han complicado las cosas. Los criterios de concesión se han endurecido precisamente por la desaceleración económica general. Y las condiciones también han empeorado por el temor a un aumento del riesgo, aunque la competencia ha presionado a la baja. En todo caso, ha habido un aumento de los márgenes y de los costes añadidos.
El Banco de España ha venido mostrando su preocupación por el fuerte incremento que el crédito al consumo venía registrando en los trimestres anteriores y, últimamente, porque la morosidad crecía de forma más acelerada de lo que lo hacían las nuevas concesiones de préstamos en este segmento. Podría parecer que las entidades han empezado a seguir los consejos de los supervisores en este aspecto, porque los criterios de concesión se han endurecido (lo vienen haciendo desde hace un año) como consecuencia del deterioro de la actividad económica y del crecimiento de la morosidad en el sector. Las condiciones, no obstante, han sido algo más laxas debido a la competencia entre las entidades. Todo ello ha provocado que la denegación de solicitudes haya seguido creciendo en el último trimestre de 2019.
La demanda de estos créditos también ha sido inferior a la de un trimestre antes. Las causas están en un menor gasto en bienes de consumo duradero, sobre todo en automóviles, y una mayor autofinanciación, reduciendo la tasa de ahorro, y la búsqueda de otras fuentes alternativas de financiación. La evolución de la morosidad también ha empeorado en línea con lo que ya venía ocurriendo.
La foto fija muestra este panorama, pero las expectativas para el futuro inmediato lo vienen a corroborar. Los bancos consideran que las empresas mantendrán la tendencia a una menor demanda de crédito bancario y que los particulares también lo harán en lo que se refiere a adquisición de viviendas, al tiempo que se endurecerán más los criterios y las concesiones en el crédito al consumo.
En unas condiciones en las que los tipos de interés bajos que practican los bancos tensionan negativamente sus ingresos financieros y teniendo en cuenta que la inversión crediticia no va a aumentar en valores absolutos, porque habrá menor demanda y los bancos seleccionarán más las concesiones, nada hace pensar que el margen financiero vaya a crecer a lo largo de este ejercicio y, por tanto, ello supondrá más problemas para las entidades.
La desaceleración económica amenaza la actividad de crédito bancario.
Las empresas han reducido sus planes de inversión y los particulares han frenado la demanda de crédito hipotecario.

Salvador Arancibia

Publicado
el 05-02-2020
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