Hace unos días, recibí de forma personal y confidencial un comunicado interno del departamento de reestructuraciones de una entidad financiera alertando de la situación concursal actual, el informe concluía con una demoledora afirmación: se espera un claro empeoramiento de la situación.  Si en el primer trimestre de 2021 ya ha habido un gran incremento de concursos, la previsión para el resto del año es mucho peor.

Si a esta información le añado el artículo, les recomiendo su lectura, del Sr. Pere Brachfield en la revista dominical “Dinero” de la Vanguardia de hoy domingo 25 de abril cuyo título es “Incubación de Concursos”, deberemos prepararnos y estar más que alerta. El autor asegura textualmente “Todo hace sospechar que el año que viene se producirá un alud de concursos que puede llegar a los 50.000”. En resumen, hemos aplazado una agonía hasta Enero de 2022 mediante la moratoria concursal (Real Decreto ley 5 /2021). "Con todo, el concurso de acreedores tampoco es la panacea para rescatar empresas y conseguir que los acreedores cobren sus créditos puesto que las estadísticas publicadas en el Atlas Concursal 2020 del Consejo General de Economistas revelaron que más del 94% de los concursos terminan en liquidación", indica el mismo autor.

En más de una ocasión he publicado artículos bajo esta línea editorial respecto a los concursos. Que la economía se recuperará?, seguro que sí (estadios de recuperación a finales 2021, ejercicio 2022 y en el 2023 vuelta a la nueva normalidad); y aunque cualquier mejora sea siempre bien recibida, el mayor descenso del PIB de la UE por la pandemia lo tenemos en España, y la salida más lenta también nos corresponde, según cifras de la UE y otros organismos internacionales como el FMI.

Tenemos un país con un 97% de PYMES (Familiares) que son nuestro tejido empresarial. Tanto si lo abordamos como Empresas Familiares como si lo hacemos desde el prisma de Familia Empresaria, estaremos de acuerdo en que los problemas de la empresa se solapan con los familiares. Si lo relacionamos con crisis económica y concurso de acreedores denotamos que el circulo virtuoso de Empresa, Familia, Patrimonio se deteriora. En muchos casos son las familias empresarias las que avalan los créditos de sus empresas con su patrimonio particular. En situación concursal todo ello pende de un hilo.

Ante esta situación el trabajo que desde hace años estoy desarrollando en las empresas que han confiado en mí, es crucial. La anticipación es siempre una victoria. Mi función en estas situaciones tan complicadas como reestructurador de compañías (CRO-Chief Restructuring Officer) es la de evitar llegar a presentar Concurso de Acreedores (que ya sabemos que prácticamente siempre acaban en liquidación). ¿Cómo?  optimizando la organización de la empresa, revisando acuerdos con proveedores, deuda bancaria, etc. A partir de una reestructuración estratégica habrá que transmitir confianza a las entidades bancarias.

Por experiencia les puedo asegurar: los concursos son evitables si las causas y la situación de la empresa es detectada a tiempo y se reacciona con celeridad. Se tratará de mejorar la situación económico-patrimonial de las empresas en beneficio de todos los stakeholders evitando situaciones no deseadas y en la mayoría de casos dramáticas.

Las entidades financieras  han de provisionar el 100% de la deuda del concursado, pero la gran diferencia es que este perderá el 100 % de la empresa y patrimonio en la mayoría de ocasiones.

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